Golosina líquida: un sector que une a tres generaciones

Bajo la premisa de brindar entretenimiento y ofrecer una dulce forma de refrescarse, la golosina líquida ha evolucionado desde un sencillo producto, prácticamente elaborado con agua, azúcar e ingredientes aromatizantes y colorantes, hasta convertirse en una propuesta mucho más desarrollada que ha sabido adaptarse a las demandas de los consumidores. Hoy en día su consumo está arraigado y se encuentra en formatos muy diversos, que van desde sticks y botellitas con ingredientes naturales y sin azúcares añadidos, hasta versiones en roller o espray, a menudo presentadas en envases que también hacen las veces de juguete. El público infantil de los años 80, hoy convertidos en padres de niños de las generaciones Z (nacidos entre 2000 y 2009) y Alfa (nacidos entre 2010 y 2025), también se ha unido al consumo de este producto, cuyo sabor y textura evocan los recuerdos de su propia infancia, donde empresas de renombre dentro de la confitería han logrado conformar una variada gama de productos. Tras superar dificultades y una competencia a veces oportunista, el sector ha conseguido forjar una sólida reputación con un objetivo: ofrecer un producto dulce, fresco e hidratante que cada vez sea más natural y saludable.

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