DN.- ¿Cómo ha sido su trayectoria dentro de la compañía?Ha sido un viaje de aprendizaje y compromiso. En mi familia siempre hemos vivido por y para esta empresa, algo que forma parte de nuestra identidad y que siempre hemos llevado con orgullo. Por eso, desde joven me involucré en diferentes áreas, lo que me permitió conocer de cerca cada parte del negocio. Con el tiempo, fui asumiendo responsabilidades en los departamentos de Marketing y Ventas, hasta llegar a mi posición actual como director general. Este recorrido me ha enseñado el valor de la innovación, la adaptabilidad y, sobre todo, del trabajo en equipo para seguir creciendo y manteniéndonos a la vanguardia del sector alimentario.DN.- ¿Cuál es el legado que han recibido las nuevas generaciones de la familia? El legado que hemos recibido es profundamente valioso. Mi abuela, en particular, fue una figura clave gracias, por un lado, a su visión innovadora, impulsando la actividad pastelera en la empresa, y a su liderazgo, tomando las riendas de la compañía tras el fallecimiento de mi abuelo en 1983. Su espíritu emprendedor, su apuesta por la innovación y su cercanía con las personas han dejado una huella imborrable en nuestra cultura empresarial. Los valores que nos ha transmitido, como el espíritu emprendedor, el esfuerzo, la lealtad y la humildad han sido fundamentales para construir una empresa sólida y comprometida con las personas y el territorio. Estos principios son nuestro mejor legado y siguen guiando nuestras decisiones y acciones en la actualidad.DN.- ¿Cuáles son a su juicio las fortalezas que ha aportado cada generación?Mis abuelos Antonio y Victoria sentaron las bases del negocio con esfuerzo, intuición y una enorme capacidad de trabajo. Empezaron con una pequeña panificadora en Villalonga, y su visión emprendedora permitió consolidar una empresa familiar muy arraigada al territorio. La segunda generación fue clave en la profesionalización de la compañía: supo transformar la empresa en un grupo alimentario internacional, apostando por la innovación, la diversificación de marcas, la apertura de mercados en el extranjero y una firme orientación hacia la sostenibilidad y la salud. A la tercera generación nos toca ahora recoger ese testigo.DN.- ¿Y las mayores dificultades a las que han tenido que enfrentarse?Afortunadamente somos una empresa muy estable en todos los sentidos. Siempre hay retos y dificultades que abordar propias del mercado, como las crisis de suministro recientes, fluctuaciones disparadas de precios al alza, poder actualizar los precios de nuestros productos, el cambiante mundo laboral…DN.- ¿Cuáles son los principales retos que se han marcado?La incorporación de nuevas tecnologías, el relevo generacional en la plantilla y la complicada situación del mercado laboral. A largo plazo, buscamos consolidar la empresa con una gestión más profesionalizada y menos personalista, en línea con nuestro crecimiento, así como la expansión hacia mercados internacionales.DN.- ¿Cómo desea ser recordado en la historia de la compañía?Como alguien que, respetando y honrando el legado de mis abuelos, de mis tíos y mis padres, contribuyó junto a su primo y sus hermanos a llevar a Vicky Foods a nuevas alturas. Alguien que apostó por el talento colectivo y que mantuvo siempre el compromiso con todos sus colaboradores. En definitiva, como una persona que trabajó con pasión y dedicación para asegurar un futuro próspero y sostenible para la empresa y para las generaciones venideras.-Lema: ‘Innovando para alimentar a un mundo mejor’.-Producción: 237.472 toneladas.-Facturación: 707 millones de euros.-Proyección exterior: Presencia en 50 países.-Empleados: 3.668 personas.
