Frutos secos: El reto de reequilibrar oferta y demanda

Se prevé que la producción mundial de frutos secos crezca un 6% en la campaña 2022/2023, lo que plantea para la industria global del sector el gran reto de aprovechar las oportunidades de una oferta elevada para lograr incrementar la demanda y el consumo. Este fue precisamente uno de los ejes centrales del 39º Congreso Mundial de Frutos Secos y Frutas Desecadas organizado por el International Nut and Dried Fruit Council (INC), y que reunió a más de 1.100 profesionales de la industria de 64 países, del 11 al 13 de mayo de 2022 en Dubái.

El modo de enfrentarse a un exceso de oferta que, a su vez, ha llevado a precios más bajos de sus productos, en medio de una situación internacional de incertidumbre en la que los rerasos en los envíos y el aumento de los costes de flete también han afectado al sector, centraron el debate en el evento, en el que también se concluyó que “aún quedan muchas oportunidades para crecer”. Entre ellas, los expertos destacaron las posibilidades de mercados en alto crecimiento como India y China, así como el aumento de ventas a través de un enfoque en la innovación y el comercio electrónico.

Los participantes en el encuentro internacional coincidieron en la necesidad de que el sector actúe de forma unida para promover el consumo de frutos secos y frutas desecadas en un esfuerzo por reequilibrar la oferta y la demanda y afrontar los temas más apremiantes, como la sostenibilidad y la investigación nutricional.

Sobre ello se profundizó en la mesa titulada ‘Sintonía de la cadena de suministro con las tendencias de producción y consumo: mirando hacia el futuro’, dirigida por el presidente de INC, Michael Waring, en la que se analizó cómo el sector puede aprovechar las nuevas tendencias para aumentar el consumo en los próximos años. Algunas de las mayores oportunidades de crecimiento planteadas fueron el mercado indio y la conquista de la Generación Z. Al respecto, la directora ejecutiva del INC, Goretti Guasch, recordó la decisión de lanzar una campaña específica en seis mercados globales clave, dirigida a la Generación Z, “una generación en rápido crecimiento que está posicionada para impulsar los mercados durante la próxima década”.

En materia de sostenibilidad, Marta Moren Abat, coordinadora de Relaciones Internacionales de la Dirección General Marítima y de Pesca de la Comisión Europea, expuso posibles soluciones en las que la industria de frutos secos y frutas desecadas podrían desempeñar un papel en la protección de los recursos hídricos, así como varias medidas que se pueden tomar para mejorar la conservación del agua, como la reutilización, revalorización, selección de plantas alternativas, desalinización y riego eficiente.

La industria mundial ante el desafío de un exceso de oferta

Las previsiones para la campaña 2022/2023 apuntan a que la producción mundial de frutos secos alcance los 5,4 millones de toneladas (en base a grano, excepto los pistachos con cáscara), con un incremento del +6% sobre la temporada anterior. Aunque aún es temprano para predecir los resultados finales de las cosechas, se proyecta que los aumentos más sustanciales se encuentren en las nueces (hasta un 18%), las nueces de Brasil (18%), los anacardos (8%), las avellanas (7%), pistachos y macadamias (5% cada uno) y nueces pecanas (3%).

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Se espera que la cosecha de almendras, pronosticada en más de 1,6 millones de toneladas, sea muy similar a la de 2021/22. Según las primeras estimaciones, se prevé que la producción mundial de cacahuetes en 2022/23 ascienda a 47,8 millones de toneladas (con cáscara). Por último, la producción mundial de frutas desecadas se ha pronosticado en 3,2 millones de toneladas, un 4% superior a la de 2021/22, ya que se espera que aumenten los volúmenes mundiales de arándanos rojos secos (hasta un 16%), ciruelas pasas (6%), dátiles e higos secos (5% cada uno) y pasas, pasas sultanas y grosellas (3%).

Por lo que respecta a las últimas cifras disponibles, la producción mundial de frutos secos (en base a grano, excepto pistachos con cáscara) ha seguido en la última década una trayectoria ascendente que se vio frenada en la campaña 2021/2022, cuando alcanzó más de 5,1 millones de toneladas un -6% menos que el récord de la temporada anterior, pero un +50% por encima de la cifra de hace diez años, según el Anuario estadístico 2021/2022 del INC. Las almendras y las nueces contribuyeron con el 32% y el 19% de la producción mundial, respectivamente, seguidas de los anacardos, con el 17%; los pistachos, con el 15%, y las avellanas, que supusieron el 11%, representando las nueces pecanas, macadamias, piñones y nueces de Brasil el 6% restante.

Las exportaciones internacionales de frutos secos también han mostrado en la última década una tendencia al alza, con una tasa de crecimiento anual promedio de 99.700 toneladas, alcanzando alrededor de 3 millones de toneladas en 2020. El consumo mundial, estimado en 5,2 millones de toneladas, aumentó a un ritmo promedio de 210.800 toneladas por año.

Por su parte, la producción total de cacahuetes alcanzó el hito de 50 millones de toneladas en las dos últimas campañas, si bien en 2021/22, fue un -2% menor que en la temporada anterior, aunque un +35% más elevada que en 2012/13. Los principales orígenes de producción son China e India, que concentraron el 37% y el 13% de la cosecha mundial de cacahuete, respectivamente, como promedio en el periodo 2017/18-2021/22. En tercer lugar se posicionó Nigeria, con un 9%, seguido de EEUU, con un 6%, y Senegal y Argentina con un 3% cada uno.

Las exportaciones totales de estos productos superaron los 2,6 millones de toneladas en 2020, con una tasa de crecimiento anual promedio de 140.800 toneladas durante la última década. El consumo mundial se expandió a un ritmo de 1,2 millones de toneladas por año,hasta alcanzar alrededor de 51 millones de toneladas el último año.

De igual modo, la producción mundial de frutas desecadas ha mostrado una tendencia positiva durante la última década, alcanzando alrededor de 3,1 millones de toneladas en 2021/22, encabezando la producción las uvas pasas, pasa sultanas y grosellas, con el 43% del total. Los dátiles de mesa representaron el 36%, situándose a continuación, las ciruelas pasas (6%), los albaricoques secos (5%), los arándanos rojos secos (5%) y los higos (5%). Las exportaciones de frutas desecadas alcanzaron alrededor de 2,8 millones de toneladas en 2020, expandiéndose a una tasa promedio de aproximadamente 73.100 toneladas cada año. El consumo sumó 3 millones de toneladas y aumentó a un promedio de 63.900 toneladas por año durante la década anterior.

La producción nacional

Por lo que respecta a nuestro país, la Mesa Nacional de Frutos Secos ha realizado una estimación de la producción de almendra en grano para la campaña 2022/23 de 61.684 toneladas, cifra que significa un descenso por segundo año consecutivo, en este caso del 29,3% en comparación con la campaña previa, debido a una climatología adversa, con fuertes heladas, en especial en abril, y sequía en las zonas de producción, como Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, donde además, las fuertes lluvias han propiciado la proliferación de enfermedades fúngicas en los cultivos. A ello hay que añadir que estas pérdidas no se han visto compensadas por la ampliación de nueva superficie productiva. Según la Mesa Nacional de Frutos Secos la superficie productiva se ha incrementado en la última campaña casi un 8%, hasta las 522.142 hectáreas, 100.000 de las cuales son de producción ecológica.

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Siguiendo la estela de lo que se observaba en los datos a nivel mundial, la producción industrial de frutos secos, cacahuetes, pipas de girasol y frutas desecadas en España, observaron en 2020, último periodo disponible en la Encuesta Industrial Anual de Productos del INE (Tabla I y Gráfico 1), un descenso del -6,3% en volumen sobre el año anterior, con una pro- ducción de 304.689,4 toneladas, y del -7,8% en valor, hasta los 1.356,5 millones de euros. Sin embargo estas cifras acumulan un crecimiento a doble dígito respecto a cinco años antes, del +18,6% en cantidad producida y un +15,6% en facturación. Por categorías, los frutos secos de cáscara (excluidos cacahuetes), repre- sentan el mayor porcentaje de producción, el 61,6% (187.834,3 toneladas),y el 63,5% de la facturación (861,17 millones de euros). Esta es, además, el único segmento, junto a las frutas secas (excepto pasas), que registra incrementos interanuales, del +5,8% y +3,2% en volumen y valor, respectivamente.

A continuación se sitúa la partida de cacahuetes y frutos secos sin cáscara y semillas de girasol, con una producción de 68.687,1 toneladas (el 22,5% del total) por valor de 354,89 millones de euros (el 26,2% del total), lo que supuso un descenso del -27,2% en volumen y del -26,3% en valor, sobre 2019.El peor comportamiento lo muestran los cacahuetes, con descensos del -27,3% hasta las 20.158,4 tonela- das, y del -42,5% en valor, quedando en 42,63 millones de euros.

En cuanto a las frutas desecadas, las uvas pasas sufrieron un descenso productivo del 11,9% y del -13,3% en volumen y valor, respectivamente, con 3.683,2 toneladas y 11,04 millones de euros, en contraste con el resto de frutas secas y mezclas, cuya producción industrial creció un +13,9%, hasta situarse en 24.326,28 toneladas, por valor de 86,84 millones de euros, cifra un +25,9% superior a la registrada un año antes.

El consumo hogareño frena su ritmo

Tras experimentar un incremento a doble dígito en 2020, el consumo en el hogar de frutos secos se relajó en el último año. De modo que de un crecimiento del +19,6% en valor y del +18,2% en volumen en 2020 frente a 2019, favorecido por la pandemia y la mayor estancia del consumidor en el hogar; en el TAM noviembre 2021 su ritmo se deceleró hasta suponer un descenso del -3,9% los doce meses precedentes, hasta las 167.172,53 toneladas, y un -2,3% en términos económicos, con 1.275,6 millones de euros, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) (Tabla II). A estas cifras, se suma el consumo de castañas, que el MAPA analiza por separado, situado en el último año móvil en 159,28 toneladas (+0,1%), generando 2,17 millones de euros (-1,7%).

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Estos datos ministeriales sitúan el consumo de frutos secos en el último TAM en 3,61 kilos per cápita,con un gasto por habitante de 27,56 euros, frente a los 3,76 kilos y 28,23 euros por persona registrados un año antes. El precio de estos productos, en cambio sí que observó un incremento interanual del +1,7%, hasta alcanzar los 7,63 euros/kilo en el TAM noviembre 2022.

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En términos de penetración de la categoría, las cifras facilitadas por la consultora Kantar (Worldpanel In Home & Out of Home), correspondientes al TAM 3 2022 muestran que en el ámbito IH (In Home), aunque los frutos secos gozan de una gran popularidad ya que están presentes en ocho de cada diez hogares, en el último año han visto reducir esta presencia, pasando de estar en el 81,4% de los hogares en el TAM3 2021, a tener una penetración del 80,0% en el TAM3 2022. Pese a todo, este porcentaje es 0,3 puntos superior al logrado en igual periodo de 2020 (Gráfico 2). Cabe destacar la clara preferencia de los españoles por los productos envasados en esta categoría, ya que mientras la penetración de frutos secos envasados alcanzó en el último periodo analizado el 77,0% de los hogares, en el caso de los frutos secos a granel, esta presencia se redujo a tan solo el 18,3% de los hogares.

El gasto realizado en la compra de frutos secos ascendió en el TAM3 2002 a 17,33 euros por hogar, 0,77 euros menos que un año antes, pero 1,07 euros más que en 2020. En el caso de los productos a granel, el gasto medio en el periodo analizado de 2022 fue de 12,72 euros por hogar (0,17 euros más que un año antes), cuantía que en el caso de los frutos secos envasados llega hasta los 14,98 euros, -0,58 euros menos que en los doce meses anteriores. También se ha visto reducida en el último año la frecuencia con la que los hogares compraron frutos secos, 4,91 ocasiones, frente a las 5,22 de 2021.

Si consideramos los datos de consumo fuera del hogar (OOH), Kantar sitúa la penetración de los frutos secos en el 8,8% de los hogares, porcentaje que ha bajado en los dos últimos años, siendo del 9,2% en 2021 y del 13,4% en 2020. Además, el gasto por hogar ha bajado de 8,49 euros/hogar en 2021 a 8,05 euros en el TAM3 2022.

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La misma tendencia descendente se aprecia en los datos auditados por la consultora NielsenIQ (Tabla III), que sitúa el consumo de frutos secos y frutas desecadas en el TAM marzo 2022 en 155.547,50 toneladas, por valor de 1.345,20 millones de euros, lo que representa un decremento interanual del -3,8% en volumen y del -2,4% en valor (Híper + Súper + Independientes + EESS + Online). Son los frutos secos, con 139.157,89 toneladas y 1.215,25 millones de euros los causantes de este retroceso, al sufrir un descenso del -4,7% y -3,4% en volumen y valor sobre el año anterior, respectivamente, mientras que las frutas secas aprecia- ron un comportamiento positivo, del +4,9% en volumen, hasta las 16.389,61 toneladas, y del +8,7% en valor, hasta los 129,96 millones de euros.

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En igual dirección se comportan las ventas en libre-servicio, según se aprecia en los datos aportado por la consultora IRI para el TAM Abril 2022, que sitúan el mercado de frutos secos y semillas en 118.932,68 toneladas y 1.005,92 millones de euros, lo que representa descensos respectivos sobre los doce meses precedentes del -4,9% y -3,0% (Tabla IV). 

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