Un amplio frente compuesto por Gobiernos y patronales ha expresado su inquietud ante la entrada en vigor el próximo 30 de diciembre del reglamento de la Unión Europea contra la deforestación. La norma prohíbe la entrada en la UE de cacao y otras materias primas sospechosas de provocar deforestación en sus países de origen. El frente, compuesto por países productores, como Brasil, Malasia, pero también por los Verdes alemanes, no pide su retirada, sino una prórroga. En caso contrario, aseguran, el decreto provocará caos y desabastecimiento. Sin embargo, diversas asociaciones ecologistas reclaman su urgente aprobación con el fin de parar la pérdida de la selva. La normativa — denominada Reglamento (UE) 2023/1115 relativo a la comercialización en el mercado de la Unión y a la exportación desde la Unión de determinadas materias primas y productos asociados a la deforestación y la degradación forestal (EUDR) — pretende evitar que entren en la UE materias primas cuyo cultivo no acredite haber respetado los bosques. Para ello obligará a enviar las coordenadas geográficas de los lugares de cultivo. Y se comprobará que estas no han alterado el paisaje fijado como referencia en el año 2020. Es decir, las empresas y toda la cadena de valor tendrán que asegurar la trazabilidad de cada vaina de cacao. Y demostrar que se ha cultivado sin destruir la selva. Esto provoca problemas gigantescos a las empresas, muchas de ellas pymes o cooperativas de agricultores, aseguran los detractores del decreto, que piden aclarar numerosos puntos de la normativa europea, e incluso reescribirla teniendo en cuenta a los gobiernos nacionales de los países productores de materias primas como el cacao, la soja, el aceite de palma, la madera, el cuero o la madera. En caso contrario, si la cadena de valor no demuestra esa trazabilidad y esa inalterabilidad de los bosques, el comercio con la UE quedará prohibido, o deberá enfrentarse a cuantiosas sanciones. Las grandes empresas del sector chocolatero europeo, como Nestlé, Mars, Ferrero o Barry Callebaut, agrupadas en la Asociación Europea del Cacao (ECA, por sus siglas en inglés) apoyan el reglamento, aunque reprochan su “falta de claridad” en elementos clave, y piden postergar seis meses su entrada en vigor, informa Bloomberg. La entrada en vigor del reglamento está prevista para el 30 de diciembre de 2024 en el caso de las grandes empresas, y seis meses después para las más pequeñas. Mientras tanto, el precio del cacao se mantiene relativamente estable en torno a los 5.800 euros por tonelada el pasado 23 de septiembre; lejos de los 10.000 euros alcanzados en abril, pero casi un 50% por encima de los 3.800 euros en que empezó 2024, según los precios diarios de la Organización Internacional del Cacao (ICCO, por sus siglas en inglés). La presión sobre la recién reelegida presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, para impedir la inminente entrada en vigor del reglamento contra la deforestación proviene de múltiples ámbitos de la política y la economía. Desde el canciller alemán, Olaf Scholz, que la pasada semana envió una carta a la mandataria europea reclamando la demora, hasta otros países como Brasil, Indonesia, Malasia, Canadá, Estados Unidos, China, Australia y Nueva Zelanda, informa EFE. “Existe un claro riesgo de que se interrumpan los suministros”, afirman desde la patronal de comercio minorista y mayorista de la UE, EuroCommerce, que alertan también sobre el riesgo de las pymes sean excluidas del comercio internacional, por su falta de preparación, y que las importantes inversiones comerciales necesarias para aplicar el decreto “estén mal dirigidas”, alegan. “La aplicación de la EUDR se encamina hacia un fracaso crítico, con graves consecuencias para la cadena de suministro del cacao”, apoyó el líder de la asociación europea del cacao ECA, Paul Davis. Los chocolateros europeos advierten de las “dificultades operativas” para levantar un sistema de información “crucial” que debe tener capacidad para procesar adecuadamente “millones de datos agrícolas”, afirman desde la organización. Por su parte, Cargill, Ferrero y Nestlé aseguran que están fortaleciendo sus redes de geolocalización en Costa de Marfil, el primer productor mundial, suministrador del 44% de todo el cacao del mundo, informa Social Investor. En el caso de Nestlé, su director ejecutivo, Mark Scheneider, afirmó en febrero que su empresa tendrá una cadena de suministro libre de deforestación antes de la entrada en vigor del decreto.Con ello esperan conseguir que cada saca que llega a Europa se acompañe de las coordenadas de geolocalización de las explotaciones donde se cultivó el cacao. El impacto de la nueva normativa sobre el comercio mundial de cacao se presume decisivo. No en vano la Unión Europea es el mayor comprador de los dos principales exportadores del mundo, el citado Costa de Marfil y Ghana. Además, el reglamento llega en un momento especialmente delicado en el mercado del cacao, con subidas vertiginosas de precio durante el primer cuatrimestre del año, solo parcialmente revertidas después, motivadas por las malas cosechas en los países productores. Un impacto sobre el comercio mundial del cacao que podría generar nuevos incrementos de precios, que al final deberán asumir, temen algunos, los consumidores. Además, la entrada en vigor del decreto, si no se posterga, afectará a la actual cosecha, ya que los granos de cacao tardan entre 12 y 18 meses en llegar a su destino desde el momento de su recolección. Una de las voces más llamativas entre los opositores a la entrada en vigor prevista del decreto procede de Cem Özdemir, el ministro de Agricultura alemán, miembro del partido Los Verdes que gobierna en coalición en el país, y que ha reclamado una moratoria para la puesta en marcha de la norma, ya que “las empresas necesitan tiempo para prepararse” a su exigente articulado, informa AFP. En España, en cambio, el ministro de Agricultura, Luis Planas, guarda silencio respecto al asunto, más allá de lo dicho dos años atrás, con ocasión de la presentación de la propuesta, cuando el titular español de agricultura afirmó que “España apoya esta iniciativa, que debe aplicarse evitando cargas administrativas desproporcionadas en relación con el objetivo que se persigue”.Las chocolateras europeas (ECA) reclaman:-Directrices específicas para el sector del cacao-Sistemas nacionales de trazabilidad obligatorios en los países de origen-Definición clara de ‘bosque’, ‘deforestación’ y ‘degradación forestal’-Atención a prácticas agrícolas del cacao, como el barbecho-Estándares armonizados y controles transparentes y uniformes en los Estados miembro-Mínima interrupción de los flujos comercialesDesde España, por su parte, la asociación del dulce —Produlce— ha cargado contra la Comisión Europea por “demorar algunas de sus responsabilidades, que son críticas para la correcta aplicación del reglamento”.“Nos encontramos en un punto de extraordinaria incertidumbre e inseguridad jurídica, a escasos tres meses para la plena aplicación de este reglamento”, informa para Dulces Noticias el secretario general de Produlce, Rubén Moreno. “Todos nos sentimos con las manos atadas al ver cómo la Comisión continúa demorando algunas de sus responsabilidades”, reitera, como el sistema de información, necesario para recoger todas las declaraciones de debida diligencia — “cruciales” para poder aplicar este decreto — pero aún pendiente de asegurar su “fiabilidad y buen funcionamiento”. Tampoco ha llegado la guía de aplicación y el documento actualizado de Preguntas y Respuestas, lamenta. “Unos materiales que la propia Comisión Europea se comprometió a tener listos en el mes de junio”, afirma. Y de cuya publicación “hoy no se tiene noticia”, recalca Moreno, señalando la fecha en que este funcionario europeo anunció en Madrid, el pasado 29 de mayo, la publicación de los citados guía y documento.“Desde Produlce estamos trabajando con todos los stakeholders involucrados en este Reglamento, incluyendo los países de origen, con el objetivo de poder ofrecer a nuestros asociados una guía para aplicar correctamente lo dispuesto por el Reglamento y poder generar, junto a nuestras autoridades, un marco jurídico más seguro y predecible para nuestras empresas y las propias autoridades”, dice. “Pero necesitamos que Bruselas dé ya el paso que le corresponde”, insistió el líder patronal del dulce español, quien manifestó además el pleno compromiso de su organización con la defensa de los ecosistemas globales y, en concreto, la lucha contra la deforestación. A pesar del miedo generado por la aplicación próxima del decreto, la organización internacional del cacao (ICCO) no espera un problema de desabastecimiento en el mercado de esta materia prima, afirmó el presidente de la entidad, Rafael Soriano, en una entrevista reciente para Dulces Noticias. “El ‘stock’ actual sigue garantizado”, reclamó el también embajador de España en Costa de Marfil, quien reseñó que el rally vivido en los precios del caco se debe a “un claro desequilibrio entre la oferta y la demanda”. “Existen causas estructurales para esta situación que nos remiten al impacto del cambio climático y el régimen irregular de lluvias que comporta, así como al envejecimiento de muchas plantaciones y a las enfermedades que afectan al árbol del cacao”, explicó el responsable de la organización internacional del cacao. Soriano recordó que el precio del cacao llegó a multiplicar casi por cinco los precios del año pasado durante el primer cuatrimestre de este 2024. Un rally donde también afectó la “especulación, pero no como causa del alza, que es, repito de carácter estructural, sino como circunstancia que ha acentuado la tendencia alcista”, dijo. La organización espera una “relativa mejora” de la cosecha del año próximo, aunque también predice que los precios “elevados” del caso se mantendrán, “aunque estas últimas semanas ha habido ya importantes correcciones a la baja, en torno al 25%”, dijo al inicio de septiembre. “Seguirá siendo habitual durante los próximos meses ver precios por tonelada que oscilarán entre los 6.000 y los 7.000 euros”, concluyó. “La situación alcista debe verse en un contexto generalizado y globalizado de inflación, y que afecta, entre otros, al transporte, a la energía o al azúcar, elementos que también contribuyen al aumento del precio final del chocolate”, puntualizó.Con todo, el líder cacaotero internacional sostiene que “un cacao sostenible supone necesariamente un aumento del precio”, dijo tras reclamar una retribución “justa” en origen, y la aplicación de medidas contra la deforestación y contra el trabajo infantil en los países productores. Por último Soriano anticipa que los altos precios del cacao pueden instaurar “ciertos cambios en los hábitos de compra”, que favorezcan las marcas menos caras, así como en las elaboraciones, con menor porcentaje de cacao o envases más pequeños.