
Introducción
La Guía para el manejo del dolor en neurorrehabilitación del daño cerebral sobrevenido (DCS) de personas adultas de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación (SENR) está basada en la revisión y análisis de la bibliografía disponible sobre el tema. Estableciéndose recomendaciones según el nivel de evidencia que ofrecen los estudios revisados.
Desarrollo
La metodología seguida por la SENR para la elaboración de la presente guía se basa en el análisis de las guías de prácticas clínicas nacionales e internacionales de los últimos siete años, llevado a cabo en función de las consideraciones del manejo que dicta la evidencia para las clases de dolor habituales en la población de personas que han sufrido un DCS.
Conclusiones
El dolor es un síntoma habitual en personas que han sufrido daño cerebral teniendo un impacto negativo en la calidad de vida y en la adherencia al proceso rehabilitador. A la hora de clasificar el tipo de dolor según las características etiológicas, para optimizar el tipo de abordaje terapéutico, se suele hablar de dolor nociceptivo y dolor neuropático, aunque con frecuencia el dolor en estos pacientes presenta características «mixtas». El tipo de dolor más habitual es el nociceptivo frente al neuropático. Los cuadros sindrómicos dolorosos que aparecen con más frecuencia en esta población son la cefalea, el hombro doloroso del hemipléjico (HDH) y el dolor central posictus (DCPI). Al ser el dolor una experiencia subjetiva, las personas con afectación del nivel de consciencia, alteraciones cognitivas severas y/o problemas severos de lenguaje pueden tener muchas dificultades o ser incapaces de comunicarlo. Es importante, por tanto, una adecuada anamnesis y exploración física dirigida, así como el uso de escalas específicas para su correcto diagnóstico. Finalmente, muchos de los fármacos utilizados para su manejo tienen un efecto negativo en la rehabilitación, afectando a procesos cognitivos, y/o empeorando otros síntomas neurológicos. Este hecho, junto a la circunstancia de que muchas veces se trate de personas con otras patologías y polimedicadas, hace que el abordaje del dolor deba ser especialmente meticuloso y desde un enfoque multidisciplinar.