Si por algo se caracteriza el sector de la distribución alimentaria es por su capacidad de adaptación y su papel esencial y estratégico dentro de la economía y la sociedad. Este sector no solo garantiza el abastecimiento diario de millones de hogares, sino que también actúa como motor económico, impulsando la innovación, el empleo y la sostenibilidad en toda la cadena de valor. La distribución es, en definitiva, el puente que conecta a productores, fabricantes y consumidores, y su fortaleza se demuestra especialmente en tiempos de incertidumbre o cambio.
