RAP, scrap, sirap, SDDR, RA, productor de producto… Son términos con los que todas las empresas que pongan cualquier tipo de envase en el mercado tienen que familiarizarse desde ya. Están incluidos en el Decreto de Envases y Residuos de Envases que el Gobierno aprobó el pasado 28 de diciembre y están relacionados con las nuevas obligaciones legales que impone.
Envalora, una asociación que aglutina ya a 240 compañías de distintos sectores y dimensiones, ha ofrecido hoy un encuentro virtual para explicar en detalle en qué consisten estas nuevas obligaciones, los plazos establecidos para asumirlas y cómo las empresas pueden cumplir con ellas del modo más eficaz. Isabel Goyena, coordinadora de Envalora y directora general de Cicloplast, se ha encargado de explicarlo y de responder a las numerosas preguntas que los asistentes le han formulado.
Durante el webinar ha detallado también cómo será y cómo funcionará el Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (scrap) que está constituyendo Envalora para responder de modo colectivo a buena parte de los requerimientos del Decreto. Es uno de los primeros que se están creando en España.
La RAP y el productor de producto
La responsabilidad ampliada del productor (RAP) para envases industriales y comerciales deriva en quienes pongan en el mercado español envases y embalajes la financiación y la gestión de todos los residuos que estos generen. Esta responsabilidad recaía hasta ahora en el poseedor del residuo. El concepto se contempla tanto en la ley de Residuos y Economía Circular aprobada el pasado abril como en el decreto de Envases y Residuos de Envases de diciembre.
La RAP exige facilitar información y trazabilidad sobre los envases o embalajes en los que venden sus productos
La RAP afecta a los productores de producto, es decir a envasadores, importadores y adquirientes intracomunitarios que ponen productos envasados en el mercado español.
También a las empresas extranjeras que vendan en España y que deberán tener un Representante Autorizado (RA), a las marcas de distribución cuando no se identifique al envasador de su producto, quien encargue un envasado a maquila y el prestador de servicios de envases reutilizables (propietarios de envases o embalajes de alquiler). Deben, además, facilitar información y trazabilidad sobre los envases o embalajes en los que venden sus productos.
¿Scrap o Sirap?
Algunas de las nuevas obligaciones establecidas en el Decreto de Envases y Embalajes se deben cumplir a título individual, como la inscripción en el Registro de Envasadores o cumplir con los requisitos de diseño de envases; pero otras, voluntariamente, se pueden gestionar y financiar de forma colectiva a través de un scrap, un sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor, que asume colectivamente esas obligaciones individuales y se encargará de hacerlas cumplir a cambio del pago de las cuotas que establezca.
Las las empresas también pueden optar por gestionar y financiar individualmente todas las obligaciones a través de una sirap, sistema individual de responsabilidad ampliada del productor.
Además se establece un tercer sistema, el SDDR, el sistema de depósito, devolución y retorno de envases reutilizables. Todos los SDDR deben formar parte siempre de un scrap o de un sirap.
Scraps y siraps se responsabilizarán del cumplimiento de los objetivos de recogida separada y reciclado, financiar y gestionar el tratamiento de los residuos de los envases y embalajes, contar con un plan de prevención de envases, informar de todos los envases y embalajes que pongan en el mercado y de los recursos con los que cuentan para gestionar sus residuos o contar con una web informativa, entre otras obligaciones.
Envalora
Envalora se constituyó como asociación el año pasado para poner en marcha un scrap. Cuenta ya con 240 empresas que se han unido al proyecto desde sectores tan diversos como el químico o la fabricación de colorantes y pigmentos. Las hay, además, de todas las dimensiones. Isabel Goyena recordaba durante su intervención que todas, por pequeñas que sean, tendrán que cumplir con la RAP si ponen en el mercado algún envase o embalaje para comercializar sus productos.
La organización, que parte con la circularidad como principal premisa, está constituyendo grupos de trabajo con las empresas que ya se han adherido y que comenzarán a funcionar en febrero. En los próximos meses presentará su solicitud para convertirse en scrap, una resolución que espera para el año próximo.
Además de la gestión colectiva de los residuos de envases y embalajes, ofrecerá asesoramiento y apoyo a sus miembros para cumplir con todas sus obligaciones. Para ello han contratado ya los servicios de las asesorías legales Gómez Acebo&Pombo y Legal-3. Y cuentan también para el diseño operativo y técnico del scrap con Heura y con RIGK, un scrap alemán con 25 años de experiencia. La contribución económica de las empresas al futuro scrap varía entre los 1.000 y los 4.000 euros anuales, dependiendo de la facturación.