La apnea obstructiva de sueño (AOS) se define como la presencia de un índice de apneas-hiponeas (IAH)>15/h, predominantemente obstructivas o IAH mayor de 5 con síntomas, los síntomas clásicos son apneas observadas, somnolencia diurna y roncopatía, no obstante, hay muchos otros síntomas asociados. Para valorar la gravedad de AOS clásicamente se atendía únicamente al valor de IAH pero cada vez hay mayor evidencia en implicar otros factores. La predisposición para desarrollar AOS viene determinado por rasgos anatómicos y funcionales. Padecer AOS aumenta el riesgo de accidentes, hipertensión arterial (HTA) y se asociado con riesgo cardiovascular, diabetes mellitus (DM), arrítmica cardiaca y neoplasias. Para valorar la probabilidad de AOS se han desarrollado cuestionarios y escalas para valorar síntomas, el diagnóstico de certeza se obtiene mediante polisomnografía (PSG) que es la prueba gold standard, o bien la poligrafía que es una prueba diagnóstica más simple y accesible para el diagnóstico validada, la utilización de una u otra dependerá de la sospecha y las comorbilidades asociadas. Los tratamientos para la apnea del sueño cada vez tienden a ser más individualizado en función de las características del paciente y todos son complementarios. Las medidas higiénico-dietéticas debe aplicarse en todos los pacientes, la presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP) es el tratamiento más efectivo y con mayor evidencia, pero también se dispone de otros tratamientos como los dispositivos de avance mandibular (DAM), la terapia postural y opciones quirúrgicas entre otros. La telemedicina está avanzando en el seguimiento de los pacientes con AOS, tanto desde las consultas no presenciales como el control de los equipos mediante wifi para valorar la adherencia, eficacia y correcto control de la terapia.