Los elevados costes de las materias primas han seguido impactando durante el último año en el sector, que dirige su actividad hacia propuestas más sanas y saludables, mejorando la calidad de los ingredientes y reduciendo azúcares y grasas, tanto en bollería como en pastelería. Las recetas tradicionales, muy apreciadas por un consumidor que valora lo artesanal, se reinventan para adaptarse a nuevas ocasiones y a diferentes paladares.