El lentigo maligno es un melanoma cutáneo in situ que asienta en zonas con daño solar acumulado. Su presentación más habitual es como una mancha irregularmente pigmentada de crecimiento lento y progresivo localizada en la cara de un paciente añoso. Aunque el porcentaje real de casos de lentigo maligno que evoluciona a formas invasoras es desconocido, se calcula que supone entre un 2 y un 5% de los casos. Tanto el diagnóstico clínico como histopatológico del lentigo maligno puede suponer un reto, especialmente en casos precoces o atípicos. Su tratamiento también puede suponer un desafío por su localización en áreas muy visibles y por su tamaño frecuentemente considerable, lo que tiene implicaciones estéticas y ocasionalmente también funcionales derivadas de la cirugía. En este trabajo revisamos las claves clínicas e histopatológicas para facilitar el diagnóstico del lentigo maligno. También revisamos las opciones de tratamiento con especial atención a la cirugía.