A través del proyecto BioICEP, en el que participa el centro tecnológico Aimplas junto a otros 12 centros de investigación de Europa y China, se ha logrado desarrollar un pretatamiento químico y biotecnológico que permite convertir residuos plásticos no biodegradables en bioplásticos que sí lo son para el sector del envase y el farmacéutico. Para conseguirlo se han aplicado métodos basados en microondas y extrusión reactiva