La telemedicina ofrece servicios de salud a distancia mediante tecnologías digitales, con aplicaciones en asistencia médica, educación continua de profesionales e investigación. Proyectos destacados incluyen la monitorización de enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes, programas materno-infantiles y apoyo a pacientes con VIH. Es una herramienta con gran potencial para abordar algunos de los retos que enfrentan tanto los países desarrollados como los países en desarrollo a la hora de proporcionar servicios de atención de la salud accesibles, rentables y de alta calidad. Sin embargo, enfrenta barreras significativas, como el déficit de recursos técnicos, financieros y humanos, además de marcos regulatorios deficientes. Para maximizar su impacto, es fundamental superar los desafíos estructurales y fomentar la cooperación internacional, promoviendo la equidad y la justicia social a nivel global.
