Introducción
El ictus isquémico puede ser una complicación grave en los pacientes con infección por SARS-CoV-2.
Estudiar y caracterizar los diferentes subtipos etiológicos, las características clínicas y el pronóstico funcional podrá resultar útil en la selección de pacientes para un manejo y tratamiento óptimos.
Métodos
La recogida de variables se hizo de forma retrospectiva en pacientes consecutivos con infección por SARS-CoV-2 que desarrollaron un episodio de isquemia cerebral focal (entre el 1 de marzo del 2020 y el 19 de abril del 2020). Se llevó a cabo en un hospital universitario de tercer nivel en la Comunidad de Madrid (España).
Resultados
Durante el período de estudio 1.594 pacientes fueron diagnosticados de infección por SARS-CoV-2. Identificamos a 22 pacientes con ictus isquémico (1,38%); de estos, no cumplieron los criterios de inclusión 6. Un total de 16 pacientes con isquemia cerebral focal constituyeron la serie del estudio (15 con ictus isquémico y uno con accidente isquémico transitorio).
En la valoración basal en el National Institutes of Health Stroke Scale la mediana fue de 9 (rango intercuartil: 16), la edad media ± desviación estándar fue de 73 ± 12,8 años; 12 pacientes fueron varones (75%). El tiempo desde los síntomas de COVID-19 hasta el ictus fue de 13 días. Se encontró oclusión de gran vaso en 12 pacientes (75%).
El dímero-D estuvo elevado en el 87,5% y la proteína C reactiva en el 81,2% de los casos. La etiología más frecuente del ictus isquémico fue la aterotrombosis (9 pacientes, 56,3%) con un subtipo predominante que fue el trombo endoluminal sobre placa de ateroma (5 pacientes, 31,2%), 4 de ellos en la arteria carótida interna y uno de ellos en el arco aórtico. La mortalidad en nuestra serie fue del 44% (7 de 16 pacientes).
Conclusiones
En los pacientes con ictus y COVID-19 la etiología más frecuente fue la aterotrombótica, con una elevada frecuencia de trombo endoluminal sobre placa de ateroma (31,2% de los pacientes). Nuestros hallazgos clínicos y de laboratorio apoyan la coagulopatía asociada a COVID-19 como un mecanismo etiopatogénico relevante en el ictus isquémico en este contexto.