Un chequeo preventivo se define como el contacto entre un profesional de salud y una persona asintomática en el que se realizan varias pruebas de tamizaje para evaluar su salud con el objetivo de reducir la morbimortalidad. No obstante, la evidencia científica demuestra que realizar varias pruebas de tamizaje es poco probable que sea beneficioso para ese objetivo y cada examen debe ofrecerse de manera individualizada considerando riesgos y beneficios.
Los objetivos de esta revisión son describir la utilidad de estos chequeos, revisar brevemente acciones preventivas y formular grados de recomendación, pudiendo así el lector reconocer las recomendaciones preventivas basadas en evidencia en un adulto sano.
En el presente artículo se sintetizan recomendaciones utilizando la metodología GRADE en su formulación. Si bien la mayoría de las recomendaciones revisadas tienen evidencia de moderada a alta certeza, es importante considerar algunas distinciones al momento de ofrecer las acciones preventivas.
Luego de este esfuerzo académico, queda en evidencia la necesidad de constituir una organización formal dedicada a la revisión, elaboración y actualización de recomendaciones preventivas en nuestro país, así como evaluar el impacto de estas acciones en cuanto a resultados de salud.