El envejecimiento cutáneo está influido por factores intrínsecos y extrínsecos y múltiples mecanismos patogénicos están involucrados. Los tratamientos utilizados en la actualidad son sobre todo tópicos o son procedimientos mínimamente invasivos. La evidencia sobre la utilidad de la terapia sistémica es limitada: los estudios son en su mayoría de pequeño tamaño, de reducida duración, incluyen a mujeres de manera mayoritaria, la metodología de evaluación es heterogénea y no hay parámetros consensuados de respuesta clínica relevante. Además, los suplementos o fármacos sistémicos no están exentos de efectos adversos. El colágeno hidrolizado oral y el ácido hialurónico oral son bien tolerados y múltiples ensayos clínicos muestran que pueden mitigar algunos signos de envejecimiento cutáneo. La isotretinoína oral en dosis bajas es otra alternativa, pero con un mayor potencial de efectos adversos. Múltiples suplementos, como vitaminas, flavonoides, diversos extractos de plantas y oligoelementos, presentan escasa evidencia clínica. El futuro del manejo del envejecimiento cutáneo parece ser el tratamiento con agentes senolíticos o senomórficos dirigidos específicamente contra células cutáneas senescentes.