El prurito es el síntoma principal en múltiples enfermedades dermatológicas y sistémicas. La dermatitis atópica, la psoriasis, la dermatitis de contacto, la urticaria, el liquen simple crónico, la micosis fungoides, las cicatrices, las enfermedades autoinmunes, la enfermedad renal o hepática crónica, entre otras, asocian prurito que puede requerir un manejo terapéutico distinto. Aunque los antihistamínicos parecen ser la primera línea de tratamiento, en realidad su papel queda limitado a la urticaria y reacciones por fármacos, ya que los mecanismos fisiopatológicos de cada una de las entidades tratadas a lo largo de este manuscrito serán distintas. En estos últimos años han aparecido nuevas moléculas para el tratamiento del prurito, con perfiles de eficacia y seguridad muy atractivos para su uso en práctica clínica. Sin duda, es un momento crucial para el desarrollo de la dermatología en el campo del prurito, y una oportunidad para ser más exigentes con los objetivos a alcanzar en estos pacientes.