Tras los dos últimos años de crecimiento, el consumo de leche en España ha empezado a acusar un descenso siguiendo la tendencia de las dos décadas anteriores. Son diversos los factores que inciden en este comportamiento de un mercado que no remonta, pese al esfuerzo de la industria por innovar con el lanzamiento de leches más saludables, enriquecidas y dirigidas a diferentes colectivos. La leche sin lactosa continúa al alza y se suma a las preferencias de los consumidores por los productos más sostenibles y locales; sin olvidar los envases innovadores con mínimo impacto medioambiental. Por su parte, el consumo de alternativas vegetales parece haberse ralentizado tras años de importantes crecimientos
