
La violencia de género tiene múltiples y graves consecuencias para la salud de las víctimas y sus familias, y esta es la razón del importante papel que el sistema sanitario tiene en su abordaje. La respuesta de los profesionales sanitarios debe incluir la detección precoz, la atención y el seguimiento, actuaciones en las que la atención primaria, desde su posición privilegiada en el sistema, puede tener un papel fundamental. En este artículo se establecen las características necesarias para que la intervención sea eficaz: atención integral, abordaje multidisciplinar, coordinación intersectorial, prestación de servicios integrada, con orientación comunitaria y centrada en la persona y adaptada a su contexto (determinantes sociales y vulnerabilidades) con un enfoque interseccional. Se consideran objeto de intervención en la respuesta la mujer, hijos e hijas y otros convivientes y el hombre que maltrata, y se proporcionan pautas concretas de actuación para la detección y para la atención y el seguimiento. Plantea la reorientación de las intervenciones con un enfoque comunitario.