En este trabajo se analiza la necesidad de establecer Unidades de Educación Médica en España a fin de dar respuesta a las demandas cada vez más exigentes de una sociedad compleja y global a través de la revisión y actualización de los curricula. Tal como se ha hecho en países como Holanda, Estados Unidos e Inglaterra, se discute la conveniencia de establecer criterios de calidad exigentes y unificados entendiéndolos como una oportunidad para alcanzar dichos estándares y promover el cambio en las facultades de Medicina. Estas unidades de educación médica asumirían un papel en la valoración del curriculum, su actualización y constante transformación y velarían por exigir unos indicadores de calidad consensuados que aseguren la excelencia académica. Por último, y en pro de la sostenibilidad de estas estructuras, es esencial la oferta de una formación en esta materia tanto para el profesorado como para los estudiantes en la que tengan cabida nuevos programas de Máster y de Doctorado en Educación Médica que promuevan el desarrollo de proyectos de investigación. Las unidades de educación médica trabajarían en pro de la formación continuada a través de la creación de las Cátedras de Educación Médica dando una mayor transversalidad a la formación en ciencias de la salud.