La enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común a nivel mundial en adultos mayores. Se caracteriza por la pérdida de neuronas dopaminérgicas (nDAs) en la sustancia nigra pars compacta del mesencéfalo y en algunos casos acompañada de la aparición de cuerpos intracitoplasmáticos de Lewy de α -sinucleína, signo patognomónico de la enfermedad. La EP se diagnostica clínicamente por la presencia de alteraciones motoras principalmente, y en la actualidad los tratamientos presentan nula actividad neuroprotectora. Aún no se han establecido las causas exactas de la EP, por lo que en los últimos años se ha buscado el desarrollo de modelos preclínicos más precisos, utilizando células troncales pluripotentes inducidas, permitiendo el estudio de la enfermedad de manera in vitro para generar conocimiento novedoso sobre su patogénesis y el descubrimiento de nuevos posibles blancos terapéuticos o el desarrollo de nuevos fármacos.