A pesar de los avances terapéuticos disponibles actualmente, el grado de control del asma es escaso. Dicho control se basa en evaluar al paciente, ajustar el tratamiento y revisar la respuesta al mismo. En situaciones normales, el seguimiento y el control del asma se realizan mediante visitas presenciales secuenciales. Sin embargo, debido a las medidas de bioseguridad y distanciamiento para evitar la transmisión de la enfermedad durante una pandemia, ese seguimiento y control se ven limitados. Así es como ha surgido la teleasistencia, la cual dispone de una amplia evidencia publicada en asma. Aun así, no ha de entenderse como una forma de sustituir a las consultas presenciales, sino como una alternativa complementaria a las mismas, en las que se permite el seguimiento de los pacientes cuando no sea necesario o no se pueda realizar una consulta presencial. A través del proyecto COntrol como Meta en la Era de la Telemedicina en el Asma (COMETA), un grupo de expertos abordó en profundidad la enfermedad asmática, analizando de forma detallada los problemas existentes para poder alcanzar el control, y proponer soluciones ante situaciones como las que estamos viviendo actualmente con la pandemia de la COVID-19.