En la evaluación y el seguimiento de personas que viven con obesidad (PVO), el índice de masa corporal (IMC) y la antropometría han demostrado imprecisión porque son incapaces de distinguir si el peso extra proviene de excesos de masa grasa, muscular o ambas. Actualmente, los métodos de análisis de composición corporal (MACC) sí hacen esta diferencia, pero persiste resistencia a utilizarlos en la práctica habitual. Influyen su disponibilidad, costo y escasa familiarización por los clínicos, lo que les dificulta elegir cuál MACC preferir para seguir en el tiempo a sus pacientes.
El objetivo de este artículo fue revisar la literatura para hacer una descripción comparativa entre la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA)–considerado el MACC gold standard–y el análisis de bioimpedancia eléctrica (BIA), que es el MACC actualmente más disponible, para presentar argumentos de elección de uno sobre otro para el clínico en la evaluación de PVO.
Como conclusión, sumar cualquier MACC a la antropometría e IMC resulta eficaz para evitar la falta de precisión que conllevan el peso y antropometría por sí solas. Si bien se sabe que BIA requiere mayor preparación del paciente y que disminuye su fiabilidad a mayor grado de obesidad, este concepto está cambiando: el advenimiento de nuevos aparatos de BIA y el desarrollo de ecuaciones que realizan estimaciones más precisas, aumentan la certeza de las mediciones que ésta realiza. Por lo demás es simple, seguro, no invasivo y de bajo costo comparativamente con otros MACC, por eso puede recomendarse como una alternativa válida por sobre DEXA en clínica e investigación de obesidad.