La educación médica ha experimentado en las últimas décadas un importante movimiento renovador basado en la incorporación de las competencias y en la introducción del constructo del profesionalismo para rescatar los atributos y conductas tradicionales de la profesión. Aunque estos cambios se han incorporado en los currículos de grado y post-grado, los resultados han sido poco satisfactorios, lo cual se ha atribuido a la intervención del currículo oculto. Se revisa el concepto de identidad profesional que ha venido ganando aceptación en la literatura y la tendencia a asumirla como un objetivo explícito de la educación médica. Se describe un programa específico propuesto para ese fin en España y se mencionan algunos de los ajustes conceptuales y operativos en la educación médica que favorecerían el logro de ese objetivo.