El sector de panadería y pastelería tradicional y artesana sigue amenazado por unos incrementos de costes sin precedentes. Desde Ceoppan piden al Gobierno la implementación de medidas “para poder sobrevivir”.
La Confederación asegura que, a pesar de que los dos apagones promovidos han sido un “indudable éxito mediático”, siguen “sin escucharlos, a excepción del Ministerio de Agricultura”.
El sector está demandado el apoyo que se le está dado a otras industrias. Y ponen de ejemplo las medidas llevadas a cabo por otros países de la Unión Europea para ayudar a las micro, pequeñas y medianas empresas. “Necesitamos medidas de choque similares. El pan es esencial en España como en Francia, Bélgica o Alemania. Allí los gobiernos y los consumidores quieren que las panaderías y pastelerías artesanas no se vean obligadas a cerrar y por eso las apoyan”, agregan.
“Nuestros panaderos llevan años innovando y reinventándose para ofrecer productos de proximidad, cada vez más saludables y de mayor calidad y sabor”, por ello, reclaman a la Secretaría de Estado de Energía que respondan a la solicitud emitida el pasado 11 de noviembre.
Plan de Choque de Ceoppan
Hace unos meses, Ceoppan mandó al Gobierno una batería de propuestas, destinadas a actuar ante la “situación delicada” que está atravesando el sector de la panadería tradicional y artesana en nuestro país.
En ese documento, explicaron cuáles son los principales problemas a los que se están enfrentando las pastelerías y panaderías tradicionales y artesanales, como la subida de los costes, la incertidumbre, el descenso del consumo, la dificultad para encontrar personal cualificado o el cierre definitivo del 5% de las empresas del sector en el último año.
Para mitigar los efectos de la crisis, presentaron un Plan de Choque, donde pedían que se considerase el pan un sector esencial e intensivo en consumo energético; incluirlo en todas las medidas de mitigación existentes e implementarlas para empresas micro, pequeñas y medianas de sectores esenciales; añadir al pan en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura; reducir las barreras a las importaciones de materias primeras y no adoptar medidas intervencionistas de precios.