Los trastornos del sueño son frecuentes en la población y una causa importante de morbilidad. El objetivo de esta revisión es evaluar las alteraciones del sueño en periodos de emergencia y desastres. A lo largo de la historia, la esfera biopsicosocial y el sueño de las personas ha sido abrumada por múltiples eventos a gran escala, tales como desastres naturales, tragedias provocadas por el hombre, conflictos bélicos, crisis sociales y pandemias, cuya experiencia puede derivar en problemas de salud a corto, mediano y/o largo plazo. En los estudios analizados, se ha observado el impacto negativo de las emergencias y desastres en el sueño, por lo que ha cobrado gran relevancia la difusión y promoción de medidas que incentiven el buen dormir. Debido a la llegada del COVID-19 y a la situación de confinamiento por periodos prolongados en el hogar para prevenir su propagación, han surgido importantes consecuencias a nivel social. Ciertos factores ocupacionales y características de los desastres se asocian a mayor comorbilidad, un alto riesgo de experimentar agotamiento físico, trastornos psicológicos e insomnio en grupos altamente vulnerables, como lo son los profesionales de la salud, rescatistas y socorristas. El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente en la población general y su empeoramiento en el contexto de pandemia por COVID-19 representa un nuevo problema en salud pública. Es por ello, que es indispensable promover campañas de prevención de salud física y mental orientados a la pesquisa precoz y manejo de patologías de la esfera psicosocial, dentro de las posibilidades socioeconómicas.