La falla hepática fulminante (FHF) y falla hepática aguda sobre crónica (ACLF, por sus siglas en inglés) son entidades de alta morbimortalidad, siendo el trasplante hepático, en la mayoría de los casos, la única alternativa terapéutica efectiva. La escasez de donantes hace necesario contar con sistemas de soporte de función hepática que permitan mantener al paciente en condiciones adecuadas hasta el trasplante o hasta la mejoría. Pese al mayor conocimiento de la fisiopatología de la FHF, ACLF y los avances tecnológicos, no contamos aún con sistemas de soporte hepático artificial extracorpóreos que permitan reemplazar completamente la función hepática. Hoy en día, actúan principalmente como terapias paliativas o sintomáticas en espera del trasplante hepático. Los sistemas disponibles actualmente combinan diferentes métodos que purifican toxinas y moléculas de distinto tamaño y tipo, basados en diálisis enriquecida con albúmina. En los últimos años se han desarrollado nuevos filtros de adsorción promisorios y las técnicas convencionales, como el recambio plasmático, se encuentran en reevaluación. Sin embargo, aún no hay consenso en cuanto a la terapia ideal. El objetivo de este artículo es ofrecer una visión actualizada del estado del arte, tecnologías disponibles y resultados de las diversas técnicas en diferentes escenarios clínicos.