El paciente que enfrenta cirugía cardíaca suele hacerlo en forma ambivalente, con temor por no siempre estar bien informado de los riesgos ni de las diferentes fases del proceso, pero al mismo tiempo, consciente de que esta intervención representa la posibilidad de volver a un mejor estado de salud, incluso a prolongar su expectativa de vida. En este artículo se analizan dichas fases, y se formulan recomendaciones para mejorar tanto la experiencia del paciente como los resultados de dicha cirugía.