Mycoplasma pneumoniae (MP) es una bacteria con características peculiares que produce un amplio espectro de manifestaciones clínicas, siendo la infección respiratoria la más frecuente de ellas. Se presenta en epidemias cíclicas, percibiendo los pediatras en España un incremento de casos desde enero del 2024 y poniéndose en marcha registros hospitalarios (no es una enfermedad de declaración obligatoria en nuestro medio). El diagnóstico de la infección por MP se realiza mediante la determinación de serologías y/o la detección de material genético mediante reacción en cadena de polimerasa (PCR). Ambas son incapaces de diferenciar la colonización de la infección activa, por lo cual el diagnóstico preciso no es posible y deben solicitarse solo en caso de alta sospecha clínica. El papel del tratamiento antibiótico en la infección por MP en sus diferentes variantes clínicas no está bien definido. La mayoría de las infecciones son autolimitadas y leves, sin evidencia suficiente en favor de la antibioterapia en estos casos. El tratamiento antibiótico estaría justificado en pacientes con factores de riesgo para desarrollo de formas graves (síndrome de Down, asplenia anatómica o funcional, inmunodepresión), en los pacientes hospitalizados con infección respiratoria y en pacientes con formas extrapulmonares moderadas o graves. Considerando aspectos referentes a la optimización del uso de antimicrobianos, el tratamiento de elección sería claritromicina, siendo alternativo el uso de azitromicina; y reservando el uso de doxiciclina y levofloxacino para los casos de resistencias antimicrobianas y/o infecciones del sistema nervioso central.