La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), cuyos fenotipos más frecuentes son la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU), tiene una etiología multifactorial, que resulta de la interacción de factores genéticos, ambientales y del microbioma. Su incidencia ha aumentado en las últimas décadas, así como también lo ha hecho la occidentalización de la dieta: alta en grasas, carbohidratos refinados, azúcar, carnes rojas y alimentos procesados. Una dieta occidental es considerada como factor de riesgo para el desarrollo de EII, ya que está asociada a disbiosis, alteración de la barrera intestinal y de la inmunidad del huésped. Existen diversas dietas de eliminación que podrían ejercer un rol en la inducción/mantención de la remisión. Sin embargo, la mayoría requiere estudios de mejor calidad científica para poder recomendarlas. A su vez, existen suplementos nutricionales que estarían asociados a la incidencia y curso de la enfermedad. El objetivo de esta revisión es mostrar el posible rol de la dieta en la incidencia de la EII, y las estrategias dieto-terapéuticas, incluyendo suplementos específicos y nutrición enteral, considerando periodos de crisis y remisión.