La diabetes es actualmente la principal causa de enfermedad renal crónica y enfermedad renal en etapa terminal en todo el mundo. La enfermedad renal diabética es una enfermedad compleja y heterogénea con numerosas vías etiológicas superpuestas que ocasionan daño renal.
Presentamos el caso de un varón de 57 años, afecto de múltiples enfermedades y factores de riesgo cardiovasculares con insuficiencia renal crónica estadio IIIb, con proteinuria cercana a los 3 g/24 h. Se realizó un estudio completo de la entidad mediante, en el que se descarta etiología sistémica, hematológica y/o urológica ni se evidencia la presencia de hipertensión arterial secundaria, con control de la misma mediante cuádruple terapia. A pesar del manejo integral higiénico-dietético y farmacológico, no se consiguió la mejoría clínica ni el control de la nefropatía. Se decidió entonces reforzar el tratamiento con semaglutide subcutáneo, con muy buena respuesta metabólica junto con una importante mejoría de la proteinuria y la estabilización de la función renal: ambas mantenidas en el tiempo de seguimiento. La relevancia de este caso no radica en la dificultad diagnóstica o en ser considerado un caso atípico, sino en la existencia de nuevas armas terapéuticas que podrían alterar el pronóstico de la entidad con una reducción drástica de la morbimortalidad cardiovascular y de la entrada en terapia renal sustitutiva.