Clásicamente el papel de la infección pulmonar en el paciente con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se ha centrado en los periodos de agudización. Sin embargo, en fase de estabilidad clínica, se ha prestado poca atención al papel que pueden jugar la presencia de microorganismos potencialmente patógenos (MPP) (en especial de forma repetida, lo que se conoce como infección bronquial crónica [IBC]) en la patogenia, pronóstico y tratamiento de la enfermedad. En los últimos años, sin embargo, se han ido acumulando algunas evidencias sobre el efecto deletéreo de esta situación. La IBC en EPOC se ha asociado a una mayor inflamación local, mayor gravedad de la enfermedad, peor calidad de vida relacionada con la salud, mayor número y gravedad de agudizaciones y eventos cardiovasculares, la presencia de bronquiectasias, una pérdida acelerada de función pulmonar e incluso mayor mortalidad (en especial cuando es Pseudomonas aeruginosa (PA) el microorganismo causante de la infección). No se conoce, sin embargo, cuál es el papel que el tratamiento antiinflamatorio o antibiótico de esta infección pueda tener. La presente revisión repasa la evidencia científica existente sobre la IBC en la EPOC estable, desde su propia definición hasta los posibles tratamientos. Asimismo se abordarán los numerosos retos futuros que genera, en especial el desarrollo en el conocimiento del microbioma pulmonar, sus alteraciones y sus consecuencias.