En el tratamiento de la ansiedad las medidas no farmacológicas han de estar presentes, tanto en monoterapia en el caso de la ansiedad leve o moderada, como en combinación con los tratamientos farmacológicos. Algunas de ellas cuentan con estudios suficientes como para avalar un alto grado de recomendación y otras, aun no estando respaldadas por estudios de alto nivel de evidencia, sí que son recomendables por la ausencia de efectos adversos en su uso. Entre estas medidas se encuentran la entrevista motivacional, psicoterapias, psicoeducativas, técnicas de relajación, mindfulness, yoga, aromaterapia, terapia a través de imágenes y uso de nuevas tecnologías, entre otras. El uso de ellas podrá ser aislado o constar de una combinación de varias técnicas y siempre adaptándolo a las características intrínsecas de la persona que padece la ansiedad y a su entorno.