La sobrecarga que supone para los profesionales de atención primaria efectuar evaluaciones y tratamientos de trastornos mentales leves, con el rigor de las guías de práctica clínica y los recursos disponibles, conduce a la sobremedicalización y el consiguiente mayor gasto sanitario y la posibilidad de cronificar el problema. Para tratar los trastornos mentales leves, específicamente los trastornos de ansiedad, se propone una labor multiprofesional (médicos, psicólogos, enfermeros, farmacéuticos) donde el paciente ocupe el centro de las acciones. Psicólogos clínicos incorporados a centros de salud realizan una valoración psicológica de los pacientes derivados por los médicos de familia, para formar grupos de terapia. Enfermeros de AP desarrollan algunas intervenciones, dependiendo del nivel de ansiedad experimentado por la persona y siguiendo la sistemática del plan de cuidados de enfermería. Farmacéuticos comunitarios detectan precozmente problemas relacionados con la ansiedad, se implican activamente en el servicio de dispensación y con una adecuada formación, proporcionan apoyo emocional y asesoría al paciente ansioso.