Antecedentes y objetivo: la anemia ferropénica es una causa frecuente de consulta en la práctica médica habitual. Conocer cómo se diagnostica y se trata en la atención primaria puede permitir detectar si existe alguna área de mejora.
Métodos: estudio multicéntrico descriptivo tipo encuesta con 12 preguntas para conocer los aspectos de mayor variabilidad en el manejo de la anemia ferropénica. La población objeto de estudio son los médicos de los Centros de Asistencia Primaria de todo el ámbito nacional que atienden a estos pacientes.
Resultados: 732 médicos contestaron el formulario. Un 51,8% consideran que la anemia ferropénica es una enfermedad grave. Para diagnosticarla, un 80,7% revisa la ferritina y solo el 27,2% revisa el índice de saturación de la transferrina (IST). El 71,6% realiza analíticas de control cada 3 meses. Un 57,9% receta hierro solo durante 3 meses. El 47% finaliza el tratamiento cuando la Hb se normaliza. Cuando deriva al paciente, la mayoría lo hace al servicio de digestivo, seguido de hematología, medicina interna y ginecología.
Conclusiones: a pesar de que casi el 52% de los encuestados consideran que la anemia ferropénica es una enfermedad grave y que la ferritina es la determinación bioquímica más útil para su diagnóstico, alrededor de un 20% no la utiliza. Por otra parte, el IST que muchas veces puede ayudar a distinguir una anemia ferropénica de una anemia inflamatoria, solo lo solicita algo más del 27%, lo que puede conducir a errores diagnósticos. Por otra parte, en algunas ocasiones el tratamiento resulta insuficiente, ya que la mayoría trata a los enfermos únicamente durante 3 meses y el 47% finaliza el tratamiento cuando la Hb se normaliza, sin tener en cuenta el resultado de ferritina. Aunque se ha mejorado en el diagnóstico y el tratamiento de la anemia ferropénica en la asistencia primaria, es probable que muchos de los pacientes se beneficiarían de un mayor uso de la ferritina, el IST y de tratamientos de mayor duración.