El envejecimiento cutáneo es un proceso complejo, continuo y multifactorial que resulta de los cambios morfológicos y funcionales acumulados en la piel a lo largo del tiempo. Esto sucede debido a 2 procesos: uno intrínseco y otro extrínseco. El envejecimiento cutáneo intrínseco ocurre de forma natural con el tiempo y refleja el trasfondo genético o la herencia de cada persona. El envejecimiento cutáneo extrínseco, por otro lado, es causado por factores del exposoma, como la radiación solar, la contaminación atmosférica, el tabaco o la nutrición, de los que los 2 primeros son los más importantes. La exposición a contaminantes atmosféricos, principalmente gases como el ozono troposférico y las partículas en suspensión, puede acelerar el proceso a través de 4 mecanismos clave: generación de especies reactivas de oxígeno, inflamación, alteración del microbioma cutáneo y activación del receptor de hidrocarburos arílicos. En cuanto a la radiación solar, todas las longitudes de onda que llegan a la superficie de la Tierra tienen un impacto en la piel y producen un efecto sinérgico con la contaminación atmosférica («fotocontaminación»). Aquí analizamos este fenómeno y las estrategias de mitigación, que incluyen protectores solares, cosméticos con ingredientes formadores de película y antioxidantes y suplementos orales.
