En julio Google lanzó Bard, una herramienta de IA similar a la de su rival ChatGPT, que cuenta con un fuerte apoyo de Microsoft. Bard se presentó en más de 40 idiomas y con cierto retraso en la Unión Europea, debido a la preocupación por la privacidad de los datos.
Bard y ChatGPT utilizan modelos lingüísticos que se forman en base a infinidad de información existente en la red, para generar contenidos nuevos, a partir de las indicaciones de los usuarios.
A falta de una regulación específica en sobre IA, AMI (la asociación de los principales periódicos españoles) ha hecho público su oposición a la utilización por parte de terceros de sus obras y demás contenidos por parte de la Inteligencia Artificial Generativa, incluidas las herramientas ChatGPT y Bard.
En julio, AMI ya emitió un comunicado denunciando que Bard hace un uso masivo de contenidos de medios de comunicación españoles, sin citar sus fuentes de información. Como ya han denunciado medios de comunicación de otros países, AMI considera que la utilización de contenidos ajenos en herramientas como ésta supone una clara explotación del esfuerzo inversor y del trabajo masivo de periodistas y editores, y que pone en riesgo el derecho fundamental a la información que la Constitución reconoce a los ciudadanos en su artículo 20.
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