Los fármacos inhibidores de los puntos de control inmunitario han supuesto un importante avance en el tratamiento oncológico. Sin embargo, su uso no está exento de reacciones no deseadas, denominadas efectos adversos inmunorrelacionados, siendo los cutáneos particularmente frecuentes. El conocimiento que tenemos sobre los efectos adversos inmunorrelacionados cutáneos procede fundamentalmente de la práctica clínica. Por lo tanto, en este trabajo se revisan en detalle sus características, así como las recomendaciones sobre su tratamiento y sus implicaciones pronósticas. Los más frecuentes son el exantema, el prurito, el vitíligo y la alopecia; sin embargo, estos fármacos pueden producir una amplia variedad de dermatosis. La asociación observada entre ciertos tipos de reacciones cutáneas con una respuesta oncológica favorable al tratamiento debe interpretarse con cautela. El dermatólogo ha de participar en el cuidado multidisciplinar de estos pacientes, pues desempeña un papel fundamental en el diagnóstico y el tratamiento de estas reacciones cutáneas adversas.