La simulación clínica (SC) en Medicina se encuentra en crecimiento y es actualmente complementaria a la formación convencional, siendo ambos enfoques necesarios. Dispone de evidencia y aceptación por la comunidad científica. Ofrece ventajas educativas y evaluativas, permitiendo a través del análisis crítico, una práctica segura, con igualdad de oportunidades para los participantes y puede promover tanto competencias técnicas como humanísticas. Los avances tecnológicos suponen una oportunidad, facilitan escenarios más realistas y permiten la práctica repetitiva. A pesar de los desafíos económicos, la simulación clínica contribuye a la formación de profesionales de una forma más completa, equitativa y segura.