La intoxicación por monóxido de carbono es una urgencia médica que, si no se diagnostica a tiempo y se trata adecuadamente, puede provocar secuelas neurológicas importantes o incluso la muerte. El cuadro clínico dependerá de la intensidad de la exposición a dicho gas y varía según el grado de afectación de los órganos involucrados. En este caso, nos encontramos a un paciente de 63 años, que sufre una intoxicación prolongada de monóxido de carbono por mala combustión de una caldera y precisa tratamiento urgente con oxígeno hiperbárico justificado por una fracción de carboxihemoglobina elevada, añadida a cardiopatía severa de base. Finalmente se consigue estabilizar al paciente, sufriendo como secuela un infarto no Q a consecuencia de la hipoxia ocasionada.