El objetivo principal del tratamiento para los trastornos de ansiedad es aliviar síntomas, prevenir recaídas y evitar secuelas. Se debe plantear un enfoque terapéutico integral (psicosocial, biológico y farmacológico).
Los antidepresivos y los ansiolíticos son los pilares del tratamiento farmacológico.
En la prescripción los pacientes deben ser informados de los objetivos terapéuticos, la duración y los posibles efectos secundarios. Hay que considerar la edad, tratamiento previo, tolerancia, embarazo y efectos secundarios.
En España existe un aumento incesante en la prescripción y consumo de antidepresivos y ansiolíticos: los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) confirman que el consumo de antidepresivos en España ha pasado de 26,5 DHD (dosis diaria definida por 1.000 habitantes/día) en el año 2000 a 79,5 DHD en el año 2013, representando un incremento de 200%. Y respecto a los ansiolíticos, la DHD se ha incrementado de 50,88 en 2012, a 58,09 en 2022.