Los gobiernos de Francia, Alemania e Italia rechazaron regular los sistemas de Inteligencia Artificial Generativa (IAG) y han propuesto una regulación menos estricta para los modelos más potentes, conocidos como modelos fundacionales, en los que se basa una amplia gama de aplicaciones de IA, lo que podría perjudicar un aspecto clave de la histórica Ley de Inteligencia Artificial de la UE. El Parlamento Europeo está mayoritariamente a favor de una regulación más estricta de todos los modelos fundacionales, pero estos tres países argumentan que legislar estas herramientas pondría a las empresas europeas que desarrollan sistemas de AGI en desventaja competitiva frente a las de otros países, como China o Estados Unidos.
En un documento presentado por los tres estados, se propone que la IA se regule principalmente en función de cómo se utilice, en lugar del enfoque propuesto originalmente por la Comisión Europea, que incluye la regulación de la mayoría de los modelos fundacionales. Esta nueva propuesta obligaría a los creadores de modelos fundacionales a publicar cierto tipo de información, como las pruebas realizadas para garantizar la seguridad de su modelo, pero inicialmente no se aplicarían sanciones a las empresas que no publiquen esta información, aunque la propuesta sugiere que en el futuro podría establecerse un sistema de sanciones.
El Consejo Europeo de Escritores (CEC), la asociación europea de más de 220.000 escritores y traductores, ha pedido al Consejo de la UE que reconsidere las objeciones planteadas por estos tres países y vuelva al consenso alcanzado para regular la IAG, con el fin de defender los derechos morales y económicos de propiedad intelectual y proteger a los autores, los ciudadanos y las sociedades del uso indebido de estas herramientas.