Si bien las combinaciones de fármacos ofrecen una vía prometedora, su toxicidad para los tejidos sanos sigue siendo un obstáculo importante. Para anticipar estos riesgos, un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha desarrollado una plataforma que modela in vitro el riñón, el hígado y el corazón, tres de los órganos más sensibles a estas terapias combinadas.
