La supervivencia del cáncer infantil supera en la actualidad el 80-85% en países desarrollados. La población superviviente ha crecido considerablemente, presentando una elevada morbimortalidad secundaria al cáncer o a su tratamiento, representada por un riesgo incrementado de mortalidad prematura, segundos tumores y efectos tardíos (ET), en la esfera física y psicosocial, afectando la calidad de vida. El seguimiento a largo plazo y de por vida en supervivientes de cáncer infantil (SCI) está recomendado para prevenir, detectar y tratar sus problemas de salud. A pesar de los avances producidos, el manejo de los SCI no es adecuado. En este artículo se plantean los retos pendientes, como: 1)Cuantificar la carga real de morbimortalidad, proponiendo nuevas medidas de frecuencia (recuento acumulado medio y carga acumulada), que ofrecen resultados más exactos de la multimorbilidad que presentan, y la utilización de modelos de simulación, para conocer el riesgo individual de eventos. 2)Impacto de factores que determinan el riesgo de presentar ET relacionados con el paciente, tumor, tratamientos, estilo de vida, comorbilidades, genética y envejecimiento. 3)Importancia de la armonización de las guías de seguimiento a largo plazo a nivel mundial, para ofrecer recomendaciones homogéneas, basadas en la evidencia y un plan individualizado de seguimiento. 4)Problemas en la implementación del seguimiento, con diferentes modelos de atención, adaptados al riesgo y a las necesidades del paciente, con especial atención a la transición. Finalmente, se comenta la situación actual de los SCI en España y consideramos las perspectivas futuras que contribuyan a mejorar la salud y la calidad de vida de esta población.