La FIPP acaba de publicar un interesante informe en colaboración con la consultora Mather Economics, sobre cómo gestionar la economía de los medios de comunicación mientras se realiza la transición del papel al digital..
From Print to Digital: Managing the Economics of Media Change proporciona además algunos ejemplos prácticos de cómo se puede implementar este proceso en el día a día. “La agilidad es probablemente lo más importante que el equipo directivo puede tener ahora en el negocio de los medios”, señala en el informe James Hewes, presidente y director ejecutivo de FIPP. “No hay vacas sagradas, no se puede decir que así es como hacemos las cosas”.
Es posible que durante la pandemia haya habido un repunte en las suscripciones impresas, pero más pronto o más tarde el negocio impreso disminuirá. Hay que tomar decisiones y no hay soluciones mágicas, pero es necesario invertir en las nuevas áreas las ganancias de los productos clásicos.
El informe comienza afirmando que las suscripciones han surgido en los últimos años como una de las estrategias de monetización más importantes para la industria periodística. Sin embargo, la transición de lo impreso a lo digital necesita conservar a los «viejos» usuarios, además de captar a los nuevos. Las suscripciones son positivas para los medios de comunicación porque fomentan la fidelidad y la confianza, generan ingresos recurrentes, financian el periodismo sostenible y ofrecen a los consumidores la ventaja de la continuidad de la marca.
La prensa impresa sigue representando el 83,8% de los ingresos totales por suscripciones, pero la digital le pisa los talones. De hecho, la proporción actual de nuevas suscripciones es sólo del 33,2% para la prensa impresa, mientras que la digital representa el 66,8%.
El informe concluye diciendo que el cambio de la prensa impresa a la digital tiene que ver tanto con la mentalidad como con la economía y, en última instancia, con la continuidad y la reinversión de los beneficios de ayer en las áreas de crecimiento de mañana.